Smurfit y su laberinto
Por: Édgar Alexánder Morales
Tratando de ser equilibrado… lo más posible por
supuesto, porque a veces cuesta ser imparcial, yo creo y sé que en las escuelas
de comunicación social se discute eso de la imparcialidad y opino que la
imparcialidad absoluta no existe, eso es mentira, pero desde muchacho siempre
me pregunté ¿qué hacían dentro de esa empresa llamada Mocarpel?, allá en
Veroes, municipio pujante del estado Yaracuy, emporio otrora de la producción
de caña de azúcar y que desde hace ya varios años, se ha venido notando una
baja producción de caña producto de los problemas recurrentes que hay en la
cadena de producción de este rubro. Pero bueno retomando el tema, nos mudamos a
Portuguesa, y es que, ver la autopista General José Antonio Páez, desde Río
Acarigua hasta Ospino, es un espectáculo ambiental que te roba grandes suspiros
por la belleza, el aire y el fresquito que te invita a detenerte, sobre todo
cuando el gran padre sol, ilumina las sabanas portugueseñas, que las
caracteriza por una temperatura con altos grados de calor. Esa frescura por
supuesto te la brinda los grandes bosques que tiene sembrados allí Smurfit, que
es un grupo manufacturero dedicado a satisfacer las necesidades de empaques en
el mercado nacional e internacional, empaques que sirven para embalar nuestros alimentos
y que representan, aunque muchos dicen que no, un eslabón más en la cadena
productiva nacional, porque ¿cómo preservar o distribuir nuestros productos,
sin envases adecuados?, eso los hace Smurfit; que llegó a Venezuela en 1954 con
sus operaciones de siembra y manejo de plantaciones forestales, la
investigación y mejoramiento genético de los árboles, así como la recolección,
procesamiento y reciclaje de fibras secundarias, de las cuales salen la
fabricación y venta de papel, cartulinas, cartón y empaques. Hasta allí todo
está bien, eso sin nombrar la grandísima campaña negativa que se tiene en
contra de la siembra de eucaliptos de las cuales sale la pulpa para procesar el
papel, donde particularmente pienso que sí, es cierto que consumen agua, pero el
agua que consumen al menos en las variedades que están sembradas en Ospino; es
relativamente comparable con otros cultivos como el maíz, la caña de azúcar es
más, una hectárea de arroz consume más agua anualmente de lo que consume una
hectárea de eucaliptos, al menos eso es lo que dicen los expertos que además
agregan que, el eucalipto tiene una amplia fama de secar y empobrecer el suelo,
no obstante, resultados de varios ensayos de investigación han permitido
establecer que, bajo las condiciones adecuadas de suelo, clima (temperaturas
tropicales mayores a 22°C, precipitaciones entre los 800 a 1.600 mm/año) y
evitando ciclos cortos de aprovechamiento (más de 4 años); no resulta
perjudicial para los suelos y la dinámica hídrica de los ríos. Ahora bien; no podemos
agarrar casi 30 mil hectáreas de tierras tipo 1 para sembrar madera, eso es
irracional; ¿Qué eso fue así?, es bien; fue así, pero no debe seguir siendo
así. De esas 27 mil hectáreas de bosques sembrados por Smurfit, 7 mil 500
fueron confiscados por el Estado recientemente, es decir, se notificó el
rescate de la Finca El Hierro; La Joya y la Yaguara del municipio Ospino, que
ahora pasarán (ojalá) a producir alimentos para el pueblo. No estoy en contra
de Smurfit, pero por Dios tampoco en contra del pueblo, debe haber una solución
para que se siga produciendo papel, y se comience a dar otro uso a esas
tierras, es decir, darle el uso correcto que es producir alimentos, unas
tierras tipo 1 no pueden ni deben seguir produciendo madera, pero tampoco vamos
a cortar 27 mil hectáreas y echar a la calle a más de 2700 trabajadores que
tiene Smurfit en todo el país, ¿para qué?, creo que debemos planificar… ¿cómo
hacemos para Smurfit siembre en otro lado, pero que no se interrumpa su
producción para que siga aportando productividad al país y no se vaya?, porque
no queremos que se vaya del país, lo que queremos es que se vayan a sembrar
eucaliptos a otro lado, eso sí con ayuda del Estado, con condiciones que
permitan salir del laberinto y aquí me detengo para hacer una crítica directa a
Smurfit; muy constructiva además, conozco gente dentro de esa empresa de gran
valía, de un alto sentido socialista aunque ustedes no lo crean, caso concreto
el señor Arriechi, Gustavo D Hoy, Julio Linárez, y otros tantos más… se sabe que
el Estado abrió las puertas y pidió mil 500 hectáreas para ponerlas a producir
y ustedes dijeron que no, o sea de las 27 mil que tienen, les pidieron mil 500
y su respuesta fue negativa y aun así el gobierno ha expropiado sólo 7 mil 500.
Más que crítica es reflexión para todos, para los trabajadores, para los
campesinos que pretenden sembrar porque si lo que quieren es un pedazo de
tierra para después andar negociándola, sería un crimen y el Estado no debe
permitir eso, reflexionemos en función del país, todos… para que de esto salga
algo positivo y sigamos poniendo a Venezuela en lo más alto del desarrollo
latinoamericano y mundial. ¡Vamos a trabajar por el bien de todos!
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