A diez bolívares cobran el pasaje en Acarigua-Araure



Édgar Alexánder Morales

Acarigua-. Sin son ni ton, sin anuncio ni gacetas; cada vez que salga de su casa y tome el transporte público, bájese de la mula con diez bolívares porque eso es lo que le cobra la buseta.

Para no llorar, se parafrasea esta situación, pero es la realidad que se vive desde la semana que recién culmina, pues los buseteros, amparados en un supuesto acuerdo pasaron de cobrar 6 bolívares en abril; a 8 bolívares en Mayo y diez bolívares a partir del primero de Agosto.

La calamidad no es pagar los diez bolívares, porque el transportista también invierte en gasolina, cauchos y demás repuestos, el problema está en el deterioro de las unidades, pues es un parque automotor destartalado, que no tiene indicios de ser mejorado, salvo excepciones.  

Sin ánimos de caer en la burla, el seguro de 30 mil bolívares que dicen los papeles de las ventanas que cobraría un usuario si la unidad llegara a tener un accidente, debería cubrir los pantalones blusas y zapatos que a más de uno, se le han quedado enganchados en asientos, puertas y ventanillas.

Cabe destacar que el aumento de los diez bolívares viene incluido con el monóxido de carbono y el olor a gasolina que muchas unidades tienen, no es mentira que un ciudadano aborda una unidad con un perfume “óscar de la Renta”, por decir un ejemplo; y salga oliendo a salchichón orneado.

La Venezuela de hoy es así, y seguirá siendo así, mientras nosotros seamos así. El aumento en el pasaje también viene con el aumento del volumen en las unidades donde no puede faltar nuestra música “criollita”, Diomedes Díaz, Los Diablitos y Silvestre Dangont; “pura cabilla”; en todo caso debemos estar agradecidos de esos escándalos en las unidades, porque si estuviésemos en los ochentas, la música de terror de rocanrol, nos hubiese llevado a la locura, porque imagínense; bajarse de una buseta después de oír semejante ruido, para ir hacer la cola en el Madeirense o en Garzón, o peor aún, al mercal de Capuchino.


Para finalizar los diez bolívares vienen con más pedigüeños, aquel que aborda la unidad para decir que viene del Cepella, pero que se regeneró y te está pidiendo para el pasaje para devolverse a su pueblo, ósea, te roba si pero no. Aunque esto último no es culpa de conductor; pero si culpa de los diez bolívares. 

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