La Guerra Económica también afecta a los brujos y chamarreros
¡Tabacos, Pólvoras y
esencias, escasean!
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Mandar a “destrancarse”, buscar el dinero y “despojarse” de las malas vibras,
puede costar entre 2 mil y 8 mil bolívares; eso si consigues los velones y los
materiales para “abrir los caminos”
Édgar Alexánder
Morales
Acarigua-.
Más
de lo que se cree, en Acarigua, Araure y Guanare; existen cofradías esotéricas
que entre lo mítico y espiritual, realizan esta actividad que como norte es la economía,
más de una familia en Portuguesa, vive de los misterios, de las creencias de la
montaña de Sorte, ubicada cerca de Chivacoa, en el estado Yaracuy, el cual es uno
de los lugares más visitados por los peregrinos durante la Semana Santa.
Los
devotos acuden allí con el fin de hacerle peticiones a María Lionza, las cuales
pueden ir desde la cura de enfermedades y la solución de problemas de amor,
hasta la obtención de riqueza o poder.
La investigación periodística ha considerado que
el catolicismo y otras religiones y creencias, no avalan estas actividades por
considerarlas herejías, pero el saber popular y las descendencias de la verdadera madre patria, África; ha
diseminado esta cultura a lo largo y ancho del país, y otras naciones como Cuba
y Haití.
Damarys, una conspicua practicante de
espiritismo nos ubica en la realidad de los mercados (…) “Un velón cuesta 70
bolos y no hay; cuando eso costaba en enero 25, el tabaco corona, desapareció
del mercado, queda es el llanero que cuesta 580 la caja y uno solo, te lo
venden en 20”.
Explica Damarys que el velón Sirio cuesta 390,
el Coneciervo, te lo venden pero debes tener un permiso, y llevar la copia de
la cedula, eso vale 80 bolívares medio litro,
“el amoniaco para los despojos, no hay; y el litro de esencias para la
suerte, la fortuna le sale en 150 más”. El pote de pólvora para hacer los
“volaos”, “reventamientos”, abre caminos y “tumba trabajos”, está a escaso,
cuesta 100 bolívares y el coco especial para hacerlos, ya no los venden más y
queda solo la botellita de malta.
Por el agua vendita te quitan 100 bolos…
entre materiales gastas entre mil 500 y 3 mil, una vez hecho el “trabajo”, el
espiritista te quita entre 3000 y 5000, dependiendo la efectividad.
Para los baños, se necesita la Altamisa, Jala
Pá atrás y Caña de Indios, eso le cuesta 100 bolívares la ramita, y el carburo
y el azufre no se consiguen.
Hasta
escupir el chimo vale plata
Los creyentes eligen un rincón en el bosque o
un recodo en el río para construir un altar desde donde se invocan los buenos
espíritus, usualmente lo decoran con fotografías, figuras y estatuillas, vasos
con ron o aguardiente, tabacos, cigarrillos en cruz, flores y frutos.
En lugar llamado Los Aguacates, hay un
personaje que no se cae a pasiones a la hora de hacer su negocio, pues alquila
las escobas para barrer en 100 bolos, las capillas también las alquila, el
toldo, el agua. ¡Todo es un negocio! Dice Damarys.
En Agua Blanca la cosa es culturizada, allí;
como en Chivacoa, María Lionza, es considerada en el mundo del espiritismo, la
reina de las cuarenta legiones, formadas por diez mil espíritus cada una, es
quien preside el altar, junto a ella se coloca a Guaicaipuro, cacique que luchó
valientemente contra los conquistadores españoles en el valle de Caracas y
líder de la Corte Indígena; y a Negro Primero, el único negro con rango de
oficial en el ejército de Bolívar, quien dirige la Corte Negra.
A la reina se le suele representar como una
bella señora vestida con un manto azul, plumas de colores y joyas, sentada
sobre grandes boas o dantas y acompañada de pumas, jaguares o chivos. La
leyenda señala que María Lionza manifiesta su presencia a través de una
mariposa azul.
La
Leyenda
El culto a María Lionza se remonta al siglo
XV, antes de la llegada de los españoles a Venezuela. Para ese entonces, los
indígenas que habitaban el territorio que actualmente conforma el estado
Yaracuy, veneraban a Yara, diosa de la naturaleza y del amor. La tradición popular
la describe como una hermosa mujer de ojos verdes, pestañas largas, amplias
caderas y cabello liso adornado por tres flores abiertas. Se dice que olía a
orquídeas y era de sonrisa dulce y voz suave. Cuentan que tenía la capacidad de
comunicarse con los animales.
Según la leyenda, Yara era una princesa
indígena, que fue raptada por una enorme anaconda que se enamoró de ella.
Cuando los espíritus de la montaña se enteraron de lo sucedido, decidieron
castigar a la serpiente haciendo que se hinchara hasta que reventara y muriera.
Luego nombraron a Yara dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora
de la naturaleza y reina del amor.
De hecho, hay quienes
afirman que el vocablo Yaracuy significa "lugar de Yara". La leyenda
de Yara sobrevivió a la conquista española, sufriendo algunas modificaciones.
Así fue como tomó el nombre católico de Nuestra Señora María de la Onza del
Prado de Talavera de Nivar; denominación que con el paso del tiempo se
convertiría en María de la Onza o María Lionza.
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