Flor Núñez y Robert Serra
(Cruz Mario Silva).- Cuando personajes
de la farándula opinan sobre el acontecer económico o político, dicen cada
vaina, que deja boquiabierto hasta el lector más avisado. Resulta que la
vetusta actriz venezolana: Flor Núñez, en declaración a la estrella gris del
periodismo anglosajón: Ismael Cala, en su programa de entrevistas transmitido
por CNN, el pasado jueves 02 de octubre, dijo que “la muerte de ese diputado no
le sorprende por los niveles de violencia que vive el país”, y que está segura
“que así en la forma como lo mataron, puede morir cualquier padre de familia en
Venezuela”; mi asombro en cuanto a sus palabras no era mayor cosa, producto de
su insensibilidad, ¿qué podemos esperar de un ser que no respeta al prójimo, ni
ama su patria? Sin embargo la cara de felicidad de ese fablistán -por la
respuesta de la entrevistada- daba cuenta del trabajo sucio y antibolivariano
que lleva adelante a través del libreto impuesto por los creadores de la guerra
de cuarta generación, que desde la CIA elaboran. Volviendo a la niña Flor, su
discurso se centraba en lo que a la actriz le espera ya que va de salida, pero
así no desperdiciaba la oportunidad para hablar mal del Gobierno
revolucionario, ni de la gestión administrativa liderada por mi presidente,
Nicolás Maduro, es más, recordó con lágrima en los ojos y voz quebradiza la
muerte de su compañera de labores Mónica Spear y su esposo, señalando que esa
“si fue una muerte lamentable” y cuando Cala le inquiría sobre el asesinato de
Robert Serra y su compañera de vida; María Herrera; las lagrimas se las secaba
y la apesadumbrada voz se convertía en ronca y garbosa. Sin ánimo de ser
exagerado, a la Núñez le brillaban los ojos como si le entrara un aire fresco
de la sabana, por el hecho que hayan asesinado al joven parlamentario, aun
cuando no lo dijo abiertamente, dejó colar la posibilidad que el homicidio de
Serra obedece a un ajuste de cuenta o a un pase de factura de los colectivos,
incluso a la mala vibra que él daba durante el solsticio de septiembre, por lo
que los babalaos echaron manos de su cuerpo y alma; una vaina que uno que dice:
coño, esta mujer esta enferma de espíritu. La entrevista era una apología a la
desgracia de haber nacido en Venezuela y de tener a un presidente obrero como
Nicolás Maduro, porque cuando no era Flor Núñez que vaciaba su odio y amargura
contra todo lo que represente el chavismo, era Ismael Cala que insistía en la
calamidad de ser bolivariano, o sentirse
hijo de Bolívar; sobre este aspecto es fácil de entenderlo y tienen que ser a
si, ya que Cala siendo cubano, no se siente caribeño, ni hijo de la patria
grande, él reniega su ciudadanía, maldice haber nacido de piel oscura y por
ello asume de manera alienante a los Estados Unidos como su país natal, bueno
ese peo es de él; pero algo si me gustaría, para sacudirme esta mala nota, que
los venezolanos que son faranduleros, artistas, músicos, en fin, cuando viajen
al exterior, no hablen mal de mi país: Venezuela, expresen amor y nacionalismo,
así evitarán quedar como unos palurdos, por no decir otra cosa, como quedaron
Chino y Nacho por no saberse la letra del Gloria al Bravo Pueblo.
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Representante
de Periodista por la Verdad, miembro del Frente de Comunicadores Socialistas y
de la Plataforma de Periodistas Socialistas en el estado Portuguesa. Araure,
07-10-2014
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